Después de ir al museo de historia de la ciudad de Chicago fuimos todos juntos a un irish pub a comer enormes y delciosas hamburguesas. Llovía mucho aquel día, pero fuimos igualmente al centro de la ciudad para hacer algunas compras.
Por la tarde los compañeros americanos bajaron en tren al centro para encontrarse con nosotros. Fuimos a cenar a la última planta de un centro comercial, en un restaurante muy elegante pero no demasiado caro. Fue muy bonito poder acabar el último dia con los americanos en el centro de Chicago.
Gerard y Sergi
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